Huesca, 14 de octubre de 2025-. En el Espacio Rosa Luxemburgo de Huesca comenzaron las Jornadas de debate y reflexión del curso 2025/2026 organizadas por Cambiar Huesca-Izquierda Unida.
El título de la primera jornada fue Urbanismo y Cambio Climático, para la que contamos con la participación de tres ponentes que nos aportaron una larga lista de ideas sobre las que reflexionar y profundizar.
Paco Navas, técnico de arbolado, partió de la realidad a la que el arbolado de Huesca tiene que hacer frente como es que cada vez habrá más viento y menos agua, al tiempo que las temperaturas son más altas, de ahí que las caídas de árboles sean también cada vez mayores, con los peligros que ello conlleva. Su propuesta es aumentar el número de árboles, pero que estén mejor instalados y respondan bien a estas características climáticas. Desde una múltiple consideración del valor de los árboles, como bienes que producen beneficios económicos, medioambientales, de salud, pero también de carácter patrimonial y sentimental, Paco Navas apuntó 10 claves a tener en cuenta para empezar a actuar:
Necesidad de dotarnos de un inventario del arbolado de la ciudad, aprovechando también la Ciencia ciudadana y que esté disponible en la web del ayuntamiento para que la ciudadanía pueda ir colaborando en cuanto al estado de dicho arbolado.
Elaborar una gestión de riesgos que produce el arbolado, desde una política claramente conservacionista.
Elegir bien las especies que mayor beneficio pueden dar a nuestra ciudad.
Cuidar el suelo.
Cuidar los alcorques y hacerlos con el mejor aprovechamiento para los árboles.
Especial cuidado de los árboles recién plantados: habilitar sistemas de riego específicos.
Hacer podas ajustadas al mayor beneficio del arbolado, sin perjuicio para las personas y vida de la ciudad.
Sistemas urbanos de drenaje sostenible que sean perdurables, aunque sean algo más costosos.
Fomento de la educación ambiental y cívica.
Contratación pública del arbolado de calidad, con criterios de comercio justo y pliegos de condiciones adecuados y claros.
En segundo lugar, César González, profesor de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Zaragoza, partió también de la realidad a la que nos enfrentamos actualmente y que en el futuro próximo parece ser la más verosímil: más sequías y también mayor número de inundaciones.
Frente a la escasez de agua, según César González, una de las medidas más urgentes a realizar sería la de gestionar bien la pérdida de agua: entre un 30% y un 35% de agua potable se pierde por las grietas y juntas de las acometidas urbanas. Urge hacer una auditoría que nos permita conocer bien dónde se están produciendo estas grandes pérdidas de agua. Por otra parte, considera que la reducción de la presión del agua también sirve para ahorrar. Existen multitud de medidas para aumentar la cantidad de agua disponible para usos humanos, como la de desalinizar o reciclar las aguas residuales, más embalses, etc., aunque también existen las medidas encaminadas al ahorro como son las restricciones, los cortes de agua o las tarifas progresivas en función del consumo. Habría que consensuar cuáles resultan más eficientes a largo plazo y cuáles son más solidarias.
En cuanto a qué medidas adoptar frente a las inundaciones y que vayan encaminadas a salvar vidas, la mirada debe ser amplia e incluir una ordenación territorial, que tenga en cuenta los embalses ya construidos y también los peligros derivados de posibles roturas o desbordamientos. Algunas medidas pueden ser acondicionar territorios esponja, prever zonas inundables sin riesgo para las personas y bienes. Otras de carácter más general y que incluyen cambios de modelo irían encaminadas a reducir el consumo de agua de las explotaciones ganaderas, reduciendo la alimentación cárnica, la agricultura de regadío, los viajes, ropa, etc., y aumentar el consumo de alimentos locales y de temporada de producción basada en el comercio justo y ecológica.
Como dos principios básicos que orienten las actuaciones a medio y largo plazo, defendió César González, estarían el mantener el agua como un recurso público y lograr el compromiso político municipal de reducir las pérdidas de agua mediante una renovación de la red.
La última intervención corrió a cargo de Marina Gros, coordinadora de Energía y Clima de Ecologistas en Acción, que explicó en qué ha consistido la experiencia desarrollada en algunos barrios de Córdoba del Proyecto “Barrios por el clima”. El proyecto partió de una serie de encuentros de vecinas y vecinos que comenzaron a poner en común sus miedos y preocupaciones, dieron paseos por su barrio para comentar carencias e imaginar soluciones. El resultado fueron diferentes acciones en las que consiguieron no solo frenar determinadas actuaciones que implican plazas duras y poco sombreadas, sino que han ido consiguiendo mayor implicación ciudadana y mejoras encaminadas a poner en marcha Planes de renaturalización de solares vacíos y de algunas plazas y fuentes para hacerlas más vivibles y reducir la temperatura durante las olas de calor cada vez más persistentes.


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