Desde Cambiar Huesca-IU denunciamos el incumplimiento por parte de la alcaldesa de la ciudad de la ley reguladora de las Bases del Régimen Local.
La ley vigente establece que los representantes políticos pueden cobrar un sueldo por su dedicación, su trabajo en el Ayuntamiento, distinguiendo, al fijar las posibles retribuciones, entre la dedicación exclusiva, que conlleva que no puede realizarse por esa persona ninguna otra actividad económica fuera de la municipal y la dedicación parcial, que supone que dedican parte de su tiempo a la labor municipal y parte a otra actividad económica. Cuestiones que consideramos lógicas, racionales y necesarias para que esa labor de participación y representación política no se limite a gente que no necesite un ingreso mensual para vivir. En la sociedad democrática a la que aspiramos, la participación y representación política no se debe reducir a la gente que pueda permitirse el dedicar su tiempo a estos menesteres comunes.
También la ley fija que en los municipios hasta 1.000 habitantes esos porcentajes de dedicación parcial puedan ser del 25, 50 o del 75% del sueldo fijado para la exclusiva, con la “laguna legal” de que en municipios de población superior no se ha fijado expresamente ningún porcentaje determinado, lo que ha permitido a la alcaldesa de la ciudad. Lorena Orduna, tramar un ardid para pagar el peaje de la investidura. En este sentido, criticamos el Decreto de Alcaldía por el que el concejal portavoz de VOX, José Luis Rubió, desempeña su cargo en régimen de dedicación parcial al 97,50%, fijándose su retribución en la cantidad anual de 43.875 euros, con una dedicación de 39 horas a la semana en lugar de las 40 que le supondría la dedicación exclusiva.
Denunciamos que esta artimaña es un fraude de ley y una vergüenza porque se permite a José Luis Rubió percibir una dedicación exclusiva con cargo a los fondos públicos y seguir, a la vez, realizando sus actividades económicas privadas sin la prohibición por dedicación exclusiva, cumpliendo aparente o formalmente la ley, pero burlándola en el fondo. Se trata del típico chiringuito político y uso desviado del poder público que lleva a la ciudadanía a desconfiar de la gestión de sus representantes y de los partidos políticos.
El concejal de Vox debe pedir perdón y abandonar su chiringuito y la alcaldesa debe cumplir escrupulosamente la ley o hacer públicos los informes jurídicos en los que fundamenta su decisión. Vecinos y vecinas de Huesca, reclamemos ejemplaridad, gestión transparente y participación efectiva para administrar lo común.
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