Menos de 3 euros de media por persona, ese es el dinero extra del que vamos a disponer las y los oscenses para revitalizar la economía de la ciudad. Y es que “el dinero donde mejor está es en manos de los ciudadanos”, proclamaba hace unos días el concejal de Hacienda, Ricardo Oliván, en la presentación de la propuesta de ordenanzas fiscales con la que el PP pretende reducir la carga impositiva para “aumentar la renta disponible por parte de los ciudadanos”.
Pues bien, si tenemos en cuenta que en Huesca hay censadas más de 50.000 personas y el consistorio dejará de ingresar 148.000 euros, el cálculo para saber lo que cada oscense vamos a ahorrar en impuestos es sencillo: repetimos, menos de 3 euros por persona.
Un ahorro que va a favorecer mucho más a las clases altas que a las clases populares y que no va a llegar a gran parte de la ciudadanía. El descenso de un 2% en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) supondrá un beneficio imperceptible para personas propietarias de viviendas con un bajo valor catastral y nulo para quienes viven de alquiler, al contrario de quienes disponen de viviendas de lujo o cuentan con muchas viviendas en propiedad, a quienes este descenso del IBI beneficiará en mayor medida. Lo mismo ocurre con la reducción del 1% en el impuesto de actividades económicas (IAE), un impuesto que únicamente están obligadas a pagar las empresas que ingresan más de 1 millón de euros, por lo que las y los pequeños autónomos no se verán beneficiados en absoluto.
La reducción de impuestos pretendida por el PP y los motivos que argumenta son ya un clásico en el discurso neoliberal que apuntan siempre en la misma dirección: favorecer a quienes más tienen en detrimento de la mayor parte de la ciudadanía. El hecho de que el ayuntamiento deje de ingresar casi 150 mil euros deteriora la calidad de los servicios públicos: el consistorio dispondrá de menos dinero para que las calles de tu ciudad estén más limpias, para poder reparar el bache que hay en tu calle o el carril-bici que utilizas para ir a trabajar, para arreglar de una vez la fuente del parque de tu barrio o para rehabilitar la pasarela sobre el río Isuela.
Además, en contrapartida a esta insolidaria bajada de impuestos, el PP plantea una no menos insolidaria subida de tasas. Unas tasas, estas sí, que nos afectan a todas, pero cuyo incremento provocará mayor impacto en las rentas más bajas: vamos a pagar más por el agua, por utilizar las instalaciones deportivas o por la gestión de residuos.
¿Cómo pretende Lorena Orduna tener una ciudad más limpia, más bonita, con mejores calzadas y aceras con menos recursos? No nos dejemos engañar, esta bajada de impuestos beneficia a los y las de siempre. No dejemos que nos cieguen sus migajas. En Cambiar Huesca apostamos por un modelo impositivo progresivo, porque quienes más tienen aporten más a la sociedad, por una redistribución justa de la riqueza que asegure unos servicios públicos dignos mediante una buena gestión de los mismos.
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